Situación de calle desde una perspectiva de derechos: Múltiples voces y experiencias
Se trata de un proyecto financiado por la Comisión sectorial de investigación de la Universidad de la República para dar cumplimiento al artículo 2 de la Ley Orgánica de la universidad que apunta a “contribuir a su estudio y propender a su comprensión pública” de problemáticas de gran interés nacional y en los que la universidad puede aportar a la sociedad elementos de juicio necesarios para un debate informado.
En el marco del trabajo conjunto entre la Universidad y NITEP
presentamos una propuesta que fue aprobada y en la que nos encontramos trabajando.
La misma apunta a dar visibilidad y generar debate en la sociedad sobre las múltiples problemáticas que derivan en la existencia de personas en situación de calle. Se busca aportar desde una mirada integral y con la participación activa del colectivo de personas en situación de calle a este complejo problema, las limitaciones de las respuestas existentes y la posibilidad de respuestas alternativas que coloquen en el centro la vulneración de derechos humanos fundamentales.
Diversos problemas vinculados al fenómeno de la pobreza urbana, la violencia y la exclusión, han ganado terreno en la agenda de Uruguay en los últimos años. Uno de los temas que ha cobrado mayor notoriedad en el debate público es el problema de las personas que están en situación de calle (quienes duermen a la intemperie y quienes hacen uso de los centros nocturnos), particularmente en la capital del país.
A pesar de que Uruguay ha desarrollado distintas respuestas, se enfrenta un panorama complejo con el número de personas en situación de calle, la escasez de políticas de prevención y la limitada investigación académica sobre el tema.
La cantidad de gente sin hogar, las prohibiciones sobre el uso de los espacios públicos y sus efectos consecuentes de criminalización, así
como la falta de eficaces políticas integrales, son asuntos que ameritan un entendimiento profundo de las dimensiones que entrecruzan el problema.
La propuesta apunta a contribuir a la comprensión pública de la situación de calle en el área metropolitana, por medio de la generación de diversos soportes comunicacionales y espacios de reflexión que permitan dar cuenta de su complejidad, multicausalidad y posibilidades de superación en clave de derechos humanos.
Para ello se apelará a la acumulación de saberes y prácticas existentes en la temática tanto en el campo académico como técnico y desde la sociedad civil, especialmente en el colectivo de personas en situación de calle Ni todo está perdido (NITEP).
Desde el trabajo conjunto entre el equipo de Trayectorias Integrales Desigualdades y Conflictos en relación a la situación de calle, con el apoyo de docentes y estudiantes de Facultad de Comunicación e información, en conjunto con NITEP lo que supone la participación activa y propositiva de las personas organizadas que se encuentran en situación de calle, y Proyecto Baldío nos proponemos:
a) Brindar un panorama general y analítico sobre la situación de calle y las respuestas ensayadas desde el Estado y la Sociedad Civil, a partir de estudios académicos a ser difundidos mediante una publicación escrita en formato libro.
b) Analizar y difundir por medio de diferentes piezas audiovisuales, la percepción de los principales involucrados en relación a las sanciones legislativas más recientes vinculadas a la situación de calle y otras propuestas impulsadas por actores políticos y sociales.
c) Presentar y difundir propuestas y experiencias surgidas en instancias de trabajo con el colectivo NITEP, contribuyendo a la visibilidad social de las personas en situación de calle organizadas.
d) Generar instancias de intercambio y reflexión, fundamentalmente en contextos comunitarios, en relación a la situación de calle y los desafíos futuros que presenta la problemática en materia de derechos humanos, desde una perspectiva interdisciplinaria.
Campaña ¡ni una muerte mas en situacion de calle!
Campaña, colectivo Ni todo está perdido.
Ni una muerte más en situación de calle, otro invierno es posible.
El 2020 fue un año especial: pandemia, feminicidios, cambio de gobierno. También hubo compañeres que se nos fueron por vivir en la intemperie, padeciendo el clima y sobre todo la marginalidad social.
Para este invierno 2021 proclamamos “ni una muerte más por frío y desamparo en las calles”. Este lunes 26 de abril de 14 a 15:30 horas realizaremos el lanzamiento de la campaña "Ni una muerte más en situación de calle". En vivo por redes de Nitep, YouTube y Facebook.
Esta problemática no es individual sino social: la vida de nuestres compas es responsabilidad del Estado y de la sociedad TODA.
Nitep desde 2018 se conforma como colectivo con voz social y política. Nos sumamos a la consigna, nada sobre nosotres sin nosotres. Defendemos nuestro derecho a organizarnos. Nosotres también somos parte de la solución, para ello hemos logrado un diálogo con la Intendencia de Montevideo y con el MIDES. A su vez y de manera fundamental somos parte de una red regional junto a organizaciones de la sociedad civil de Argentina, Brasil y Chile.
Por todas las muertes acontecidas a causa de las infinitas violencias es que hoy y siempre proclamamos nuestra existencia legítima en el mundo. Reivindicamos nuestro derecho a la Vida. Existimos, somos ciudadanes y tenemos los mismos derechos. Nos mata la indiferencia, la especulación de mercado, las políticas públicas insuficientes y la violencia de este sistema capitalista que nos descarta. Deseamos un mundo que abraza y no expulsa, la situación de calle es una de las consecuencias de la violenta desigualdad social.
Desde el año pasado abrazamos la consigna la lucha es habitar, como modo de defender el derecho a la vivienda que debería tener toda persona que vive en este territorio, así lo dice la Constitución. Necesitamos alternativas de vivienda digna, que se salgan de las lógicas de precarización y tutelaje. No sólo para quienes estamos en la calle sino también para todas aquellas personas que viven en asentamientos o se encuentran en situación de vivienda inestable.
A las autoridades e instituciones estatales les proponemos que trabajen en conjunto, entre ministerios y gobiernos nacional y departamental, para anticipar el funcionamiento urgente del plan invierno de programa calle. Debido a la crisis económica hay mucha más gente en calle. Sugerimos que los centros queden abiertos 24 horas manteniendo la modalidad de los domingos, bajo los criterios y recomendaciones del MSP de “quedarnos en casa” y mantener las burbujas. Y seguir pensando más y mejores soluciones habitacionales. Abrir más espacios diurnos que no sean un depósito de personas sino lugares para desarrollar actividades dignificantes. Habilitar los baños públicos que hay y colocar más; crear puestos de trabajo para sostener estos servicios públicos, entre otras muchas propuestas que tenemos.
A la sociedad civil organizada y a colectivos sociales, artísticos independientes, etc, les contamos que deseamos tejer una red de convivencia y solidaridad en torno a las personas en situación de calle. Desafío en construcción para una vida en común.
Pre proyecto Ley de calle
FUNDAMENTACION
La ley de faltas es la única regulación del espacio público que tenemos. Y aborda el espacio público desde una perspectiva del castigo y prohibición, no de derechos y garantías.
Cientos de personas duermen en la calle. No son las mismas cada vez. Han pasado por los refugios decenas de miles en los últimos años. Otros miles viven en pensiones, en situaciones provisionales, o en viviendas insuficientes. Conforman un fenómeno importante en cantidad y en urgencia, de precariedad habitacional: la falta de una vivienda digna. La carencia de los requisitos formales o de un ingreso estable para acceder a una vivienda es una problemática que atañe a muchas personas en nuestro país.
Las personas en situación de calle parecen similares pero son muy diferentes entre sí. Han atravesado situaciones dificultosas, de todo tipo. No han elegido este camino, sino que la vida los fue llevando. Podría pasarle a cualquiera: hay víctimas de violencia de género, inmigrantes, enfermos, menores, personas con discapacidad, personas con problemas de salud mental o de consumos problemáticos de sustancias. También personas que simplemente han tenido accidentes o sufrido abusos que nunca imaginaron. Somos personas que hemos vivido circunstancias excepcionales.
La normativa vigente en Uruguay no sólo no reconoce a las personas en situación de calle como sujetos de derecho, sino que criminaliza la pobreza, se la trata como una falta o un delito, desconociendo el conjunto de vulneraciones de derechos que nos atraviesa.
ASPECTOS GENERALES
Se entiende el espacio público desde una perspectiva de derechos. Todas las personas tenemos derecho a usar el espacio público y a disfrutar elementos que satisfagan nuestras necesidades vitales. La única restricción a su uso es la violencia manifiesta. Cualquier ciudadano tiene derecho a estar en la ciudad.
Derecho a la ciudad no implica que reivindiquemos la calle como un espacio para vivir. La calle no es un lugar para vivir ni para morir. Nuestra condición es la síntesis de la negación de derechos, del fracaso de una comunidad democrática e igualitaria.
Se nos niega ciudad y ciudadanía. En tanto el ejercicio de derechos es lo que da contenido a la ciudadanía nos constituimos como no-ciudadanos, personas sin derechos que deambulan en la ciudad en conflicto permanente con la ley vigente.
La falta de vivienda digna es un problema serio. La vivienda es un derecho y por tanto, en tanto ciudadanos, deberíamos contar con las herramientas que hicieran posible la satisfacción de esta necesidad básica. Debe abordarse seriamente, en forma integral, y ensayarse distintas alternativas. En la actualidad las políticas de vivienda no contemplan adecuadamente la situación de las personas en situación de calle o precariedad habitacional.
En particular, el traslado a los refugios no es una solución al problema. La Constitución garantiza el derecho a la vivienda y los refugios son una solución provisoria. implican ducha, cama, comida, techo. No son herramientas para rehacer la vida, sino una forma de mantener la situación en suspenso.
Se entiende a las personas desde una perspectiva de la dignidad básica y de la libertad. Las personas en situación de precariedad habitacional no pensaron que iban a terminar así. Malas decisiones, accidentes y mala suerte, las situaciones más difíciles de la vida, llevan a estos lugares. Los académicos lo llaman “múltiples y graves desigualdades”.
La exclusión es, en lo económico, un problema de acceso a bienes y servicios. Debe garantizarse el acceso, y no cerrarse puertas; en lo cultural, la exclusión es un fenómeno de discriminación y segregación. La riqueza cultural de un país se mide por cómo trata a los más débiles. El Estado y las leyes deben propiciar la defensa de los excluidos.
La criminalización de la pobreza esconde la configuración de una falta en virtud de la insatisfacción de un derecho por parte del Estado. El Estado no sólo no se hace responsable de la protección efectiva de los derechos fundamentales sino que criminaliza esa vulneración. Hay un doble efecto expulsivo. Sólo aparece como aparato policial y judicial y no como garante de derechos fundamentales.
ASPECTOS A REGULAR
El espacio público
La ley de faltas considera a las personas en situación de calle como una cosa, que el estado se obliga a expulsar; eso es lo único que se ha llegado a concluir del problema. Solo se ha llegado a decidir remover. Y la solución no ha sido exitosa. El problema se agrava y hacer lo mismo no lo solucionará.
Predomina un enfoque orientado al ocultamiento y administración en la miseria del fenómeno. Pero hay que mirar la realidad. Es hora de abordar el asunto desde otros puntos de vista. La persona en situación de calle existe para el estado en la falta (delito o infracción) no por su existencia como habitante de la República. Somos sujetos de derecho, solo no objetos. No hay un vínculo humano sino una responsabilidad “higienista”, limpiar el rastro de la ”indigencia”. Barren con nosotros.
La ley debe garantizar expresamente el uso del espacio público para todas las personas.
Las intervenciones del estado
Las intervenciones públicas deben tener como principios el buen trato, el respeto, la orientación. Son demasiado frecuentes los abusos, las detenciones, los malos tratos, que llevan a la desconfianza. Sufrimos la violencia institucional de muy distintas formas y como respuesta de operadores policiales y funcionarios públicos. Es inadmisible la naturalización del abuso. La internación compulsiva no es la forma. Sólo radicaliza el fenómeno.
Cuando se prohíben los allanamientos nocturnos en la Constitución, se supone un cumplimiento del previo derecho a la vivienda. Sin tener vivienda, la calle es nuestro hogar. No se debería jamás expulsar a nadie del espacio público durante la noche.
En situaciones de intervención, no debe obligarse a las personas. Es preciso tratar de empatizar, entender, acompañar, preguntar más que dar órdenes. El amor, el cariño, la comprensión, la cortesía, el respeto y dar las explicaciones y soluciones que la persona crea necesarias son el único camino sustentable. En situaciones de controversia debe participar un defensor de oficio o una representación de la Defensoría del Vecino. Proponemos un organismo de contralor de la política pública sobre situación de calle, que funcione en forma cotidiana como respaldo y espacio de asesoramiento; en Brasil existen dispositivos similares.
Es preciso actualizar los protocolos de actuación en los centros diurnos y nocturnos: debemos participar en la discusión sobre cualquier dispositivo intervención en el tema.
En casos de personas con problemas de salud mental, enfermedades, adicciones, traumas, siempre hay una forma de entrar: es necesario pensar caso a caso. Pero existen numerosos y maravillosos casos de superación, con trabajo, apoyo y mucha suerte. Por supuesto, tenemos que poner mucho desde nosotros también. Estamos dispuestos.
Es necesario capacitar personal específicamente. Generar instancias de capacitación con las personas voluntarias que trabajan con personas en situación de precariedad habitacional. La mejor voluntad del mundo no es suficiente.
La vivienda
La ausencia de una vivienda digna es particularmente aguda en nuestro caso, pero afecta a muchísimas personas del país. Proponemos generar una definición mínima de vivienda digna, y que se prioricen acciones para garantizar esas condiciones a todas y todos.
Es necesario generar alternativas habitacionales: Cooperativismo, viviendas comunitarias con espacios de cuidado y tratamientos, atención a personas mayores y con situaciones particularmente problemáticas: alternativas habitacionales con requerimientos acorde a la situación de las personas.
En general, es preciso pensar la vivienda de otra manera. Intereses privados, como los precios de los alquileres, las pensiones no reguladas, la exigencia de garantías, están dejando a las personas fuera de un derecho básico. Tantas casas vacías y tantas personas sin casa.
En Argentina se ha alcanzado una solución valiosa, partiendo de reconocer la complejidad de la problemática: un monto económico destinado a asegurar solución habitacional alternativa, de solicitarse esta. También podría ser posible avanzar hacia soluciones universales, como una renta básica habitacional.
Dispositivos de atención
Es preciso generar diferentes dispositivos de atención, desde la premisa de “abrir”: abrir más posibilidades, más lugares, más alternativas, espacios de recuperación física, mental, psicológica. La recuperación de la autoestima es fundamental. Siempre fuimos estigmatizados.
Ejemplos como el trabajo de Proyecto siete, con espacios de recuperación, convivencia, vínculos entre compañeros, permiten un proceso acompañado: las personas egresan siendo educadores a partir de compartir y transformar(se).
También, defendemos apostar a la promoción de cultura y arte como oportunidades de integración y generación de vínculos.
Es de central importancia considerar cuotas de reinserción laboral razonables, así como espacios específicos de formación y capacitación. También, plantear proyectos de producción, colaborativos, cooperativos. La inserción en el mundo del trabajo es particularmente difícil para las personas en situación de calle, y la única salida sostenible.
La prensa
Es necesario restitituir la dignidad. Somos mostrados como una cosa que puede ser manejada según intervenga (adictos para la JND; enfermos para el MSP; objetos de política complicados para el MIDES; factor de inseguridad para el MIN; asunto fuera de las competencias para la IM).
Proponemos supervisión y asesoramiento a la prensa acerca de cómo no fomentar la exclusión y apoyar un cambio del imaginario con que se trata a las personas en situación de precariedad habitacional. Parece que no somos gente: nunca somos escuchados directamente.